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En el organismo se producen innumerables reacciones que pasan desapercibidas. Sin embargo, son responsables de equilibrar el bienestar, el estado de ánimo, la disposición e incluso la felicidad. Este importante papel — que garantiza el perfecto funcionamiento del organismo — se lleva a cabo mediante neurotransmisores.

Para explicar cómo actúan estas sustancias en el organismo, Dot.Lib ha preparado este contenido. Descubre cómo la disfunción de los neurotransmisores puede afectar a las personas y cómo se relaciona con las principales enfermedades del sistema nervioso central. Compruébalo.

Neurotransmisores: ¿qué son?

Los neurotransmisores son moléculas cuya función es llevar a cabo la señalización química entre las neuronas. Según este principio, para que una sustancia se considere un neurotransmisor, deben cumplirse ciertos criterios. Éstos son:

- Debe estar presente en el terminal presináptico;

- Liberarse durante la despolarización de la terminal;

- Tener receptores específicos repartidos por los terminales postsinápticos.

Existen más de 100 sustancias identificadas como neurotransmisores potenciales, que pueden satisfacer total o parcialmente sus necesidades. Estas sustancias pueden dividirse en tres categorías principales. Entre ellas se encuentran:

- Moléculas pequeñas;

- Péptidos;

- Transmisores gaseosos;

En el caso de las moléculas pequeñas, la categoría puede dividirse a su vez en subgrupos que incluyen la acetilcolina, los aminoácidos y las aminas y purinas biógenas. Los tres primeros grupos se denominan neurotransmisores clásicos.

Podemos dividir aún más el grupo de neurotransmisores según su función en la neurona después de la sinapsis.

- Neurotransmisores excitadores: se caracterizan por su capacidad de generar potenciales postsinápticos excitatorios. Entre ellos se encuentran la acetilcolina, el glutamato y la histamina;

- Neurotransmisores inhibidores: son capaces de generar potenciales postsinápticos inhibitorios y, en consecuencia, una hiperpolarización de la membrana, como ocurre con el ácido gamma-aminobutírico (GABA) y la glicina.

Además de los ya mencionados, existe la clase de los neuromoduladores, que se encargan de provocar tanto inhibición como excitación, dependiendo del receptor al que se conecten. Es el caso de la dopamina, la serotonina y la noradrenalina.

También existen las neurohormonas, una clase de neurotransmisores que generalmente son producidos y segregados por las partes de conexión entre el sistema nervioso y el sistema endocrino, como el hipotálamo y la hipófisis; es el caso de la oxitocina.

Adrenalina

Imagen: Canva.

Tambien conocida como epinefrina, adrenalina es el neurotransmisor producido en situaciones de estrés elevado que activa el comportamiento de huida y lucha. Liberado por las glándulas suprarrenales, su acción estimula el ritmo cardíaco, provocando la contracción de los vasos sanguíneos y la dilatación de las vías respiratorias. Este proceso facilita el paso del oxígeno a los pulmones y el flujo sanguíneo a los músculos. Los niveles elevados de adrenalina en el organismo generan un aumento de la fuerza física e intensifican nuestra respuesta de supervivencia y nuestro estado de alerta.

Acetilcolina

La acetilcolina es un neurotransmisor excitador esencial esencial para el aprendizaje, encargado de transmitir impulsos a los músculos y desempeña un papel fundamental en procesos cognitivos como el pensamiento, la atención y la memoria. Una deficiencia de esta sustancia en el organismo se asocia a menudo con trastornos neurodegenerativos, incluidos déficits de memoria y enfermedades como el Alzheimer.

Dopamina

Imagen: Canva.

La dopamina es responsable de la motivación y la sensación de placer, impulsándonos a alcanzar nuestros objetivos. Se produce en situaciones que generan una sensación de recompensa, lo que lleva a las personas a buscarla repetidamente en diversas actividades, ya sean naturales, como la comida y el sexo, o artificiales, como el consumo de drogas.

Además de promover la felicidad y el bienestar, la dopamina desempeña un papel crucial en el equilibrio neuroquímico del organismo. Los cambios en sus niveles pueden asociarse a enfermedades como la enfermedad de Parkinson, caracterizada por su deficiencia, y la esquizofrenia, asociada a su exceso.

Endorfina

La endorfina es un potente anestésico natural, responsable de reducir el dolor y promover una sensación de bienestar y plenitud, como la que se experimenta tras el ejercicio físico, la actividad sexual, la excitación y el dolor. Su liberación se asocia a un aumento del estado de ánimo, la confianza y la felicidad.

Algunos alimentos, como el chocolate, el picante y otras opciones apetitosas, pueden estimular su producción, al igual que el orgasmo. Además de su papel fundamental en la modulación del dolor y el placer, las endorfinas son un recurso valioso en el tratamiento de afecciones como la depresión y la ansiedad, especialmente mediante la actividad física regular.

Gaba

Imagen: Canva.

O ácido gamma-aminobutírico — más conocido como Gaba — es el principal inhibidor del sistema nervioso central. Este neurotransmisor se encuentra en casi todo el cerebro y, en general, evita que las neuronas se sobreestimulen, controlándolas para que no consuman toda la energía disponible. Aporta sensaciones de relajación, tranquilidad, calma y sueño, reduciendo la ansiedad. Esta molécula también está relacionada con un mayor control motor y de la visión.

Cuando los niveles de Gaba son altos, mejora la concentración mental y la relajación. En cambio, cuando los niveles son bajos, puede desencadenar ansiedad y una mayor propensión a la epilepsia. Esto se debe a que los fármacos utilizados para tratar la epilepsia suelen aumentar los niveles de Gaba en el organismo.

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Imagen: Dot.Lib / Karger.

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